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Bryan Pacheco Ramírez, IV Formando Pastores al Estilo de Jesús, Diócesis de Alajuela.

En la antigüedad, la forma de transmitir los conocimientos era de forma oral. Los ancianos contaban a los niños los acontecimientos que habían marcado a su pueblo hasta constituirlo como lo conocen. Del mismo modo se comenzó a difundir la revelación de Dios a los hombres, por medio de relatos familiares, caracterizados por una fidelidad profunda a los acontecimientos.

Del mismo modo se comenzó a transmitir las enseñanzas de Jesús. Los apóstoles, después de la resurrección de Cristo, comenzaban a narrar los hechos y palabras del Maestro para darlo a conocer a la población entera, transmitiendo todo esto mediante la forma oral, como era la costumbre de la época.

No es sino hasta décadas después de la ascensión de Cristo que se coloca por escrito toda aquella tradición oral. Las comunidades cristianas comenzaron a crecer y a alcanzar nuevas tierras, por lo que se hizo necesario conservar de forma fiel la tradición, por lo que comienza a colocar por escrito, para que todas las comunidades puedan conocer el mensaje del evangelio, sin que este pierda su fidelidad a lo transmitido por boca y testimonio de los apóstoles. Así se da el nacimiento de la Tradición Escrita.

Los escritores sagrados (quienes escriben los libros de la biblia) son inspirados por el Espíritu Santo. Estos escritores reciben la inspiración divina, no mediante un éxtasis, tampoco como si les estuvieran dictando lo que tienen que escribir, antes bien, son inspirados en medio de su libertad, en su realidad sociocultural, y buscan responder a las preocupaciones de la época. “La Sagrada Escritura es la palabra de Dios en cuanto se consigna por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo” Dei Verbum, 8.

Por su carácter de ser escritura inspirada es que forma parte de la Sagrada Tradición. Así, pues, la Tradición Oral y la Sagrada Escritura (Tradición Escrita) están íntimamente unidas y compenetradas, “Porque surgiendo ambas de la misma divina fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin.” Dei Verbum, 8.

La Tradición Escrita conserva dentro de sí aquella revelación que Dios ha querido dar al hombre, ya sea en el Nuevo o en el Antiguo Testamento, y que preserva en sus páginas las costumbres y tradiciones de los pueblos que participaban de la creencia en el único Dios

La preservación fiel, tanto de la Tradición Oral como de la Escrita, es lo que ha permitido que hoy podamos acceder a la revelación hecho por Dios.  Esta Sagrada Tradición cuenta la historia de un pueblo que ha sido rescatado por un Dios que no se presenta como tirano, sino como padre amoroso que quiere que todos se salven1 Tm 2:3-4, a tal punto que envía a su hijo único al mundo Jn 3:16, y nos hace parte de su misma familia Rom 8:14-17. Esta es la historia del pueblo de Dios, transmitida mediante la Sagrada Tradición, de la cual ustedes y yo formamos paste.

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