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Minor Vásquez Vásquez, I Formando Discípulos Misioneros de Cristo, Diócesis Tilarán-Liberia

La misión es la comunión, es ante todo un misterio de gracia no es una obra humana si no de Dios, no hacemos misión solos sino es por la fuerza del Espíritu Santo que dóciles a su acción hacemos un servicio. La Iglesia es la fuente viva de la labor apostólica que une a la realidad de la sociedad, es vital tener en cuenta el anuncio del evangelio y la oración que se plasma cada día, esto tienen como fin último guiarnos a la salvación.

La misión es oxígeno para la vida cristiana porque sin ella se volvería enferma y reseca, la mirada del misionero debe estar en Cristo quien es el que le guía para seguir su labor, como lo destaca el Papa Francisco misión de la “Misericordia como un principio de fe cristiana” teniendo en cuenta la importancia demostrar el amor incondicional hacia los demás. El mundo de hoy nos desafía con muchos retos, desigualdad y los conflictos nosotros como miembros de la Iglesia debemos ser como un hospital que acompaña que atiende heridos y necesitados, con presencia en las periferias ayudando a los marginados a los que sufren.  Creo que la misión no está dentro de los templos, capillas o centros parroquiales; está en la realidad social y cultural de las personas que sufren y que quieren ser escuchadas.

Misión no es solo compartir, es llevar la alegría de Cristo Resucitado a ese encuentro con el hermano, desde nuestra experiencia como cristianos debemos ser portadores de ese Evangelio con un corazón misionero audaz y animado, que con la gracia del Espíritu Santo promueva  la responsabilidad misionera como bautizado.

Desde mi experiencia en la misión, veo que hay una gran necesidad de evangelizar, pero no desde grupos cerrados, sino es ir más allá de la realidad teniendo en cuenta que lo que le pasa a el otro me afecta a mí también. Lo fundamental de la misión es llevar a las personas una mano solidaria especialmente a los marginados y necesitados desde la justicia social y el servicio, centrada en la compasión que nos tiene Dios apostando por un mundo unido y más justo.  

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