José David Díaz Reyes, I Formando Pastores al Estilo de Jesús, Diócesis Tilarán-Liberia.
Primero me gustaría mencionar sobre lo que es la vocación, ¿Porque se discierne en un Seminario Nacional? ¿Qué es la Vocación Sacerdotal? ¿Dónde y cómo se Discierne? La vocación es un misterio, es Dios quien llama. Pero, ¿Cómo Dios llama a hombres pecadores? ¿Como llama el eterno Llamante, Jesucristo? Con estas interrogantes he querido iniciar este artículo sobre el regreso al seminario.
Es interesante la vida en un Seminario Nacional, porque cada hombre, antes de ingresar, ha llevado un proceso de renuncia y opta por dar el SI a Dios, discerniendo una vocación a un futuro ministerio Sacerdotal o un futuro matrimonio. No podemos decir que al entrar al seminario ya nuestra meta es llegar a ser sacerdotes. No. Antes de eso primero debemos ser cristianos y crecer en las distintas áreas que se trabajan dentro del proceso formativo. Es necesario evidenciar que, en nuestros tiempos actuales, aún hay hombres que deciden escuchar con atención la voz de Dios que llama, y a través de la vivencia en el proceso de formación sacerdotal, hace que, en cada hombre llamado, redescubra a través de su historia de vida, su historia humana, a la persona del Hijo de Dios a Jesucristo y su actuar.
La vocación Sacerdotal; es un misterio de amor entre Dios que llama al hombre con amor y un hombre que le responde libremente y por amor. Es la presencia real de Cristo, presente en los hombres de hoy. ¿Cómo y dónde se discierne? Toda la formación de los candidatos al ministerio sacerdotal tenderá a la formación de verdaderos discípulos Pastores, para ejercer desde el seminario la caridad pastoral de Jesucristo. “Es una fundamental escuela de discipulado misionero, que acompaña a los seminaristas en el discernimiento de la vocación, para formar verdaderos pastores al estilo de nuestro Señor Jesucristo, maestro, sacerdote, cabeza, esposo y pastor” (CFNBFS 19)
Que expectativas tengo del regreso al seminario este año 2023, el cual iniciaremos el domingo 12 de febrero. Seguir diciendo Sí a Dios, donando la vida al servicio. Disfrutar del proceso formativo en esta nueva etapa de formando pastores al estilo de Jesús. Darle todo el espacio en mi vida, al Eterno +haciendo la obra que inició en mí, Él mismo la pueda llevar a feliz término. El Seminario Nacional en su plena formación es una oportunidad, un regalo que Dios mismo ha puesto en mis manos para disfrutar y como persona ser mejor cada día, es en el seminario donde aprendemos a ser Discípulos y Pastores, es allí donde la comunión y la caridad pastoral se debe practicar constantemente. “Donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás. Surgen vocaciones genuinas, aun en parroquias donde los sacerdotes son poco entregados y alegres, es la vida fraterna y fervorosa de la comunidad la que despierta el deseo de consagrarse eternamente a Dios y a la Evangelización, sobre todo si es comunidad viva, ora incesantemente por las vocaciones y se atreve a poner a sus jóvenes un camino de especial consagración” (EG 107).