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Steven Salas, I Formando Pastores al Estilo de Jesús, Diócesis de Punterenas.

Celebramos la gran solemnidad de Nuestra Señora de los Ángeles. Desde pequeño mis papás me inculcaron un profundo amor hacia ella, amor qué también mueve a miles de costarricenses a dirigirse hacia los pies de la Negrita. Ella como Madre nuestra, reúne entorno a si hijo Jesús a todos sus hijos, para abrazarlos e interceder por ellos ante el Padre y para poner en sus manos, las intenciones de los que se confían a ella.

De la misma forma como lo hizo aquel día en las bodas de Caná, en donde, atenta a la situación de aquel matrimonio se dirige a su hijo, pone esto en sus manos y luego se dirige a los criados diciendo: “hagan lo que Él les diga” (Jn 2, 5), María intercede por nosotros, está claro, pero también nos recuerda la escucha de su hijo, lo que nos dice en el Evangelio, ya que todo nuestro amor y devoción hacia ella nos tiene que llevar a la escucha atenta de su Hijo. Esta es la certeza con la que nos acercamos a la Santísima Virgen María, que ella, fiel a la voluntad de su Hijo crucificado, nos ha tomado de la mano como verdaderos hijos suyos para levantarnos si hemos caído y llevarnos hacia Jesús. Podríamos decir entonces que la presencia de María en nuestro camino de fe tiene como única meta, vivir inmersos en el misterio de Cristo.

Dios en su designio amoroso quiso que su Hijo viniera al mundo por medio de la Virgen María, y es ese mismo Dios que nos congrega como país por medio de Nuestra Señora de los Ángeles, ella, medio escogido por el Padre para la encarnación de su hijo, es para nosotros hoy el medio seguro para llegar a Jesús. Entonces, no debemos tener miedo de expresar nuestro amor y devoción a nuestra Santísima Madre, ya que como dice san Luis María Grignion de Montfort, todo cuanto ofrezcamos a María, ella lo ofrece a su hijo, por tanto, llamarse cristiano sin venerar a la Santísima Virgen es una contradicción, lo mismo si existiese alguna devoción mariana que nos separe del amor hacia Jesucristo.

María es para nosotros modelo de oración, ella se acerca a Jesús para decirle: “no tienen vino” (Jn 2, 3), y una oración llena de fe, ya que, confiaba en que su hijo podía hacer algo por aquella pareja en apuros, hoy cuando nos dirigimos a ella, con una oración llena de fe, para poner a sus pies nuestra vida donde muchas veces se ha acabado el vino, el vino de la esperanza ante la enfermedad, la injusticia, la violencia; el vino de la fe ante las crisis que pasamos; el vino del amor ante el egoísmo y el orgullo; tenemos la confianza que Ella se lo pondrá en manos de su hijo y el en su infinito amor llenara con ese vino las tinajas de nuestra vida.

Nuestra Madre del cielo, es también modelo de sencillez, ella es la siempre esclava del Señor, es por esto, que ninguna oración, petición o devoción se la deja para ella, siempre lo tomará y lo pondrá en manos de su Señor, ante una sociedad donde se nos educa para sobresalir, María se nos muestra sencilla y obediente a la voluntad de Dios. En mi vida vocacional he experimentado siempre la maternal compañía de la Virgen María, de manera especial bajo la advocación de la Negrita de los Ángeles que quiso aparecerse en este pedacito de suelo, para que al hacer a un lado las diferencias, nos unamos bajo su protección como hermanos y pidamos por su intercesión el deseo de construir una Costa Rica más humana y más cristiana.

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